jueves, 5 de febrero de 2015

Undécima entrada

Leo Santería de Leonardo Oyola. La novela pertence a la colección Negro Absoluto que dirige Juan Sasturain, el escritor del cuento "Subjuntivo". Siempre le deberé a Ñiusleter el haberme permitido conocer a muchísimos autores y, más que eso, conocer las obras de estos. 

A la novela de Oyola llegué por un préstamo. Hablando con Silvia Claibourne, fanática del género policial —y de la lectura en general— le digo que, así como "El Séptimo Círculo" fue la gran colección policial en su momento, ahora lo está siendo la de Sasturain, aunque no recordaba el nombre. Ella me dice que no me olvide de Extremo Negro, dirigida por Ricardo Romero. Luego, se para y va a la biblioteca y me dice: Negro absoluto, así se llama la colección de Sasturain y me trae el libro. Me lo presta.

Puedo parar de leerlo, aunque sólo porque estoy cansado. Está narrado en primera persona, el personaje está muy bien construido: su voz recrea lo coloquial sin caer en la mera impostación, no intenta juzgar ni faltar el respeto.

Leo:
Qué cagada, ¿no? Ver el futuro y no poder cambiarlo. Desespera saber lo que viene.Desespera más cuando es algo malo. Te enferma, y mal, no poder evitar lo que viste.

Leonardo Oyola, Santería, 38.

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El día está por terminar. Hoy estuve cortando el pasto con una pala. Recién, después de cenar retomé la novela. En un momento me iré a acostar. Entre otras cosas, leo:
El corazón es un vidrio. Es algo que se rompe y no se puede volver a arreglar. Es algo que jamás va a volver a ser lo mismo. [...] el corazón es un vidrio y una vez roto es un filo que lastima a troche y moche. Al dueño del filo de un corazón roto y a todo aquel que se acerque para intentar dar una mano. El filo de un corazón roto termina haciendo sangrar también a quienes amamos. A los que nos aman.

Leonardo Oyola, Santería, 116.